La Psicoterapia Psicoanalítica, desde el EMT (Enfoque modular transformacional) de Hugo Bleichmar, promueve una psicoterapia activa, flexible e integradora, que da tanta importancia a las intervenciones con la palabra como al vínculo entre analista y paciente, para el proceso de cambio terapéutico. El fenómeno de la transferencia no sé ve sólo como una repetición para no recordar, ya que no considera el proceso de desarrollo como lineal sino como un proceso en el que las experiencias vividas en el pasado determinarán tendencias a poner en juego en el vínculo terapéutico pero en una vivencia y la experiencia presente, con las múltiples influencias que se dan al tratarse de un encuentro entre dos subjetividades, con sus múltiples motivaciones en juego que producirán una experiencia singular. Los mecanismos productores de cambio son: el que se produce a nivel de conocimiento declarativo, y el que se produce a nivel procedimental. Salimos de la dicotomía donde habría que elegir que es más productivo para el cambio: si la interpretación o el vínculo, para brindar un modelo coherente donde poder tener herramientas para cada caso particular. Habrá casos en los que se trabajará más focalizados en la búsqueda de insight, de lograr el conocimiento declarativo, y otros en los que predominará la necesidad de enfatizar el valor del vínculo, pero siempre, será necesario, en algún momento del proceso, integrar ambas. ¿Por qué? porque el cambio logrado a través del vínculo se ciñe a determinadas situaciones y gama de respuestas, vivenciadas como nuevas, pero que el paciente solo podrá generalizar, y poner en práctica fuera de la consulta, aunque el contexto sea diverso y diferente al del marco analítico, por haber podido así simbolizar y conseguir una transformación estructural. Así podrá pasar de la reacción a la acción, del acto automático al voluntario.